Puentes cuates
Tintinea Puentes Cuates
en el purpúreo espectro de las cosas guardadas bajo llave,
en un ropero ansioso de preguntas,
avispero constante de casi medio siglo
donde se han apilado versos viejos
leídos en voz baja
que hacen de los recuerdos aquel berenjenal
de los que somos hoy,
los hombres necios.
Gorgorea Tapias Viejas
la nostalgia de tantas andanadas,
caminos idos, rotos.
mortificados por las pequeñas cosas
que a la distancia fueron tan importantes.
Andares y senderos
disidentes, incipientes
por colinas pendientes de planes en espera,
en ayuno.
Con las frentes jadeantes de los años postreros a
Mark Twain, a los Beatles.
Puentes Cuates humea en el firmamento
una noche perfecta
noche que se derrama en estrellas fugaces
en gastadas canciones, en mujeres ausentes
que, si acaso existieron, fue con la mano diestra.
Tapias Viejas es hoy nuestra Alma Mater
reminiscencia eterna de libertad
vocación de pandilla, pirata solidario y silvestre
de pelos al garete y calcetines rotos.
Ahí quiero volver
como vuelve el recuerdo,
en cada noche larga,
como he vuelto de niño,
de pareja,
de padre,
de doliente.
Ahí quiero volver.
Cuantas veces me vaya,
Junto a mi padre inquieto,
que se agita en cenizas
con el soplo del viento.
30 mil
Es un canto mortal, por mezquino,
lo que retumba desde ayer mi conciencia.
desde un palacio de paredes incienso
con huellas de mortajas,
hasta el espacio que suena cada noche
que no fecunda el sueño.
al pedazo de pan que rueda acera abajo, persiguiendo la mano
del chamaco dormido,
casi muerto,
entre acetonas varias.
Soy la sucia mirada que tiene la conciencia,
la náusea,
el vómito y la sangre de tanta madrugada,
manoseada por balas de estas células muertas,
que ya no vibran más con tus palabras huecas.
Esas que me pronuncias casi en “mute”
desde el cristal convexo, desde el vidrio vacío,
confeso, de una, ya casi milenaria, invalidez.
es tu canto… mortal, por soberbio,
por sombrío,
en este juego hueco, de tantos niños fríos,
Es tu paz una rara visión de la justicia,
¿es tu paz, mi hambre eterna?
¿es tu paz, mi agonía?
¿noche en vela?
¿vidrios rotos?
¿alas caídas?
¿esperanza perdida?
Somos ya 30 mil
somos grises mortales danzando a la intemperie
por los entretelones de una rota distancia entre buenos y malos,
somos andamios puestos al garete.
somos ya 30 mil patrias muertas,
patrias andantes en los ríos nauseabundos
habitados por moscas moribundas
en las fosas nasales de los perros que hurgan las cenizas,
desperdicios de tanta indiferencia.
Somos 30 mil moscas
sin color
sin partido
sin bandera
30 mil mexicanos por el mero accidente entre el Bravo y Suchiate
30 mil peces flotando en aguas negras
del mosaico angustiado de cien años perdidos y a fuerza
de un decreto impensado y absurdo
otros cien años más en vela
en vigilia
en hastío
Gustavo Velasco Amador (Aguascalientes, 9 de enero, 1965). Estudió ciencias de la comunicación en la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Trabajó en el departamento de Comunicación Social en el INEGI coordinación Aguascalientes; desarrolló varios proyectos radiofónicos en Radio Universidad; ha colaborado en el diario El Sol del Centro y en la revista digital El invitado incómodo. Desde el año 2001 es editor de la revista Sanísimo, enfocada a la salud. Actualmente es director ejecutivo de la agencia de publicidad CV + producciones.